La competencia interna, un motor de innovación disruptiva


Cuando la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala consideró implementar el Acton MBA, un innovador programa para emprendedores creado en Texas, Estados Unidos; una de las primeras preguntas que surgió fue: “¿cómo adaptamos el MBA actual para utilizar la metodología y el currículum de Acton?” La respuesta del entonces rector fue muy clara: no lo haremos, lo lanzaremos en paralelo y dejaremos que ambos programas compitan entre sí. Las reacciones fueron diversas. Entre ellas, hubo dudas y preocupación; ¿qué implicaciones tendría la existencia de dos programas de MBA compitiendo en una misma Universidad? ¿Significaría esto que eventualmente, uno de los dos programas de posgrado quedaría eliminado?
Luego de cuatro años de funcionar en paralelo el Acton MBA y el MBA tradicional de la Escuela de Negocios, ambos han ido experimentando un proceso de innovación que no pareciera detenerse. Además de introducir el uso exclusivo del método de casos en el aula, Acton MBA logró posicionarse rápidamente como un programa único en el país con un currículum especializado en emprendimiento y con empresarios exitosos como profesores, atrayendo a muchos estudiantes que de no existir esta oferta, habrían optado por estudiar en el extranjero. Por su parte, el equipo de trabajo a cargo del MBA tradicional buscó formas de mejorar su oferta y agregar experiencias extracurriculares que expusieran a los estudiantes a temas de actualidad y nuevas ideas. Ambos programas parecen atraer a un perfil específico según lo que cada quien busca y el traslape de estudiantes es mínimo. Como resultado, ambos programas han crecido cada año y los estudiantes que consideran optar por un MBA a la UFM tienen más y mejores opciones.
Esta experiencia resalta el valor que se puede crear al permitir competencia interna dentro de una organización que busca la innovación. Lamentablemente, no son muchos los casos de organizaciones que propician este tipo de competencia interna. Entre más grande la organización, más fácil es caer en la complacencia de preservar el estatus quo. Generalmente predomina la línea de pensamiento en que si algo ya funciona bien, mejor no tocarlo y si se hacen cambios, estos son solamente incrementales.
Clayton Christensen, profesor de Harvard y autor de varios libros, habla acerca de tres tipos de innovaciones:
  • Innovación sostenible es precisamente la que se enfoca en mejoras incrementales a los productos o servicios existentes.
  • Innovación de eficiencia es aquella que se enfoca en optimizar procesos y reducir costos.
  • Innovación de creación de mercado es la que logra llegar a grupos de gente que antes no eran clientes potenciales.
Esta última, según Christensen, es la que crea más valor y las organizaciones que lo logran son las que realmente producen un impacto significativo. De tal forma, para lograr cambios que realmente hagan crecer el mercado de una empresa u organización, se requieren estrategias más disruptivas y que de hecho, creen nuevos mercados. Implementar una competencia interna puede ser una de este tipo de estrategias. El Acton MBA es un ejemplo claro de que aunque la estrategia de crear competencia interna para generar innovación de creación de mercado pueda enfrentar resistencia, a la larga, vale la pena.
Publicado originalmente en: 
http://www.perspectiva.com.gt/blog/la-competencia-interna-un-motor-de-innovacion-disruptiva/

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